Horizonte Martina

Autora: ALMA GIMENO

Cuando me planteé buscar un tema con el que arrancar esta nueva andadura lo tuve bastante claro. @BetaCoqueta (alter ego en las redes sociales de Elísabet Benavent) acababa de lanzar la segunda parte de la bilogía Horizonte Martina (Martina en Tierra Firme) con el que ponía broche final a su nueva saga. Y yo, apasionada y fan incondicional de sus obras, quería hablaros sobre ello. Así que con el deseo de más que me había dejado el primero, Martina con Vistas al Mar, devoré la segunda parte, y aquí estoy, dispuesta a escribir un poquito al respecto.

En 2013 Elísabet Benavent se lanza a la aventura de escribir, y empieza trayendo al mundo

a Valeria, con la que yo realmente empecé a disfrutar de la literatura erótica… ¡déjate de Greys cuando puedes poner a un Víctor, a un Hugo o a un Pablo en tus fantasías! Si quieres personajes imperfectos, que te enamoren, te desquicien, que hagan aflorar sentimientos, a los que no siempre les salga todo bien, con vidas alcanzables, con relaciones “reales” dentro de, innegablemente, un mundo de ficción…BetaCoqueta tiene que ser tu autora de referencia. Por supuesto, no olvidemos nunca que estamos dentro de una novela (y ¡que vivan los finales felices! que para dramas ya está todo lo que queda fuera de esas páginas…)

El auge actual de la literatura erótica es innegable, pero si nos remontamos a la Antigua Grecia, Aristófanes ya había escrito la obra de teatro Lisístrata. Desde entonces ha habido muchas idas y venidas en torno al tema de la erótica y la pornografía, épocas de mucho ruido y épocas de silencio… hasta llegar aquí.

En el siglo XXI, dos hechos confluyen, e indudablemente ayudan de forma evidente:

• Internet y las redes sociales son una plataforma muy útil. De una forma rápida y anónima puedo lanzarme a escribir relatos más o menos cortos, o a encontrarlos y potenciar así mis fantasías.
• Y, por otro lado, a la sexualidad y a la erótica femenina se les está dando el sitio que les corresponde. No siempre entendida desde el prisma de lo masculino (a la mayor parte de las mujeres una película porno, hecha por y para ellos, no nos seduce demasiado), si no entendiéndola desde su esencia. Las mujeres también tenemos deseo (con frecuencia se vivencia de forma distinta al de los hombres) y también tenemos una erótica (muchas veces expresada de forma distinta a la de ellos). Pero sin duda, de ambos, tenemos. Veamos las diferencias como un valor, algo que nos enriquece. Para ello, lo mejor es conocerlas y poder así aceptarlas y disfrutarlas.

A modo de inciso, me gustaría asumir la crítica (y también el riesgo) de que toda generalización pueda resultar excesiva y dejar fuera la vivencia de algunas personas. No cabe duda de que habrá mujeres que no se sientan identificadas con mi propuesta, entre ellas una de mis mejores amigas, que para nada se ve reflejada en esta sexualidad femenina (encantada de volver a discrepar y “discutir” contigo y un café, Ainhoa)… Pero aun así… ¡nos atreveremos!

Generalmente, el deseo femenino no aparece al inicio de la respuesta sexual, como les pasa a la mayor parte de los hombres (siempre y cuando entendamos esta respuesta desde lo más estrictamente fisiológico). Nuestra erótica es mucho más de paseo, el cuerpo y el placer es de suma importancia, no es tan genital y finalista (orgasmo) como la de ellos. Quizás, por todo esto, la literatura erótica y la nueva “pornografía femenina”, con una historia alrededor de los encuentros entre cuerpos y genitales, esté triunfando tanto entre nosotras.

Martina, protagonista de la nueva historia de BetaCoqueta, ensalza el valor de la diferencia al que hacía referencia antes. A ella lo de la hablar, expresar sentimientos, las relaciones personales…le desbordan (y solemos pensar que en este terreno las mujeres nos desenvolvemos mejor…).

En cambio, Pablo, es todo lo contrario, un tío intenso, con una inteligencia emocional brutal, capaz de conectar y conocer a las personas casi desde el mismo momento en que se las presentan. Dos polos opuestos, que irremediablemente se atraen mucho más de lo que puedan controlar.

Sin duda, esto es lo que más me ha gustado de la historia, el hermetismo y la contención de ella, la gran capacidad de sentir de él…Lo complicado que resulta tantas veces complementarse…Y la fuerza de las emociones y los sentimientos, el enamoramiento y el amor, que nos dan la fuerza para seguir apostando.

Sin querer hacer de spoiler, el otro punto con el que me quedo es con la visión de la maternidad que ofrecen. Que no todo sea siempre tan idílico y perfecto como sucede  en las múltiples novelas románticas que hemos leído hasta la saciedad. En la vida real las dudas y los fantasmas nos acompañan, y nos hacen sentir inseguros, incapaces, y muchas veces carecemos de recursos para gestionar y canalizar todo lo que dentro de nosotros empieza a desbordarse.

Además de engancharnos con la historia de Pablo y Martina… Elísabet nos enamora con Amaia y Javi…una historia de amor, pero sobretodo de cariño. Una historia de cómo,  las piedras que nosotros mismos colocamos en el camino, pueden impedirnos caminar. Y, para contrarrestar, nos enfadará dando paso a la lástima, con Sandra. Ni protagonistas ni secundarios dejan indiferentes, TODOS me han hecho reflexionar.

Como parte más discutible (no todo iban a ser alabanzas) hubiese agradecido más párrafos de encuentros de cuerpos que sudan, de genitales que se atraen con pasión, de gemidos que verbalizan emociones, de orgasmos, de placer, de besos que dicen más que las palabras. De “eso”, que me hace admirar a la autora, de “eso” que solo ella sabe plasmar tan bien en
palabras, de “eso” que te transporta, de “eso” que te hace sentir, vibrar, fantasear…de “eso” que inicia tu deseo.

Con sus pros y sus contras, como todo lo que de verdad tiene interés en la vida, os invito, sin duda, a saborear y
disfrutar el Horizonte Martina.

Yo, mientras tanto, con la ansia viva que me caracteriza… ¡que llegue rápido el 2 de junio!…Muero por tener entre mis manos “Mi Isla”…

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