CONVIVIR EN EL CONFINAMIENTO. Claves para vivir y sobrevivir.
Después de varios días en casa ya nos hemos conocido (más), ya hemos conocido a quien nos acompaña en nuestro día a día y ya sabemos si nos caemos o no nos caemos bien.
Nos hemos hecho a la nueva rutina, pero por más que queramos, es totalmente lícito y normal, sentirnos en ocasiones desbordados. Hemos pasado de casi no disfrutarnos, a estar todo el día juntos, piel con piel. En esta situación y con las emociones disparadas,. Necesitamos también escapar, tener nuestro momento y nuestro espacio.
Te animamos a seguirnos, para ver cómo conciliar nuestros tiempos y espacios con esta rutina.
Quizás deberíamos sentirnos afortunados; tenemos tiempo para la pareja, para nuestros hijos. Pero son muchos los momentos en los que quisiéramos volar, desaparecer. Aunque teniendo que estar las 24 horas del día en casa, no es fácil, y más si también nos acompañan nuestros peques, que necesitan sacar toda su energía y reclaman más atención de nosotros y nosotras.
Para ver esto más claro, voy a partir del caso de una pareja, con 2 peques en casa (a los que hay que acompañarles con las tareas del cole) y uno de los dos miembros de la pareja está teletrabajando.
Si queremos conseguir tiempo propio, empecemos por ser realistas y sinceros con nosotros mismos. Son muchas y diversas las circunstancias que podemos tener y por muy difícil que nos pueda parecer, si nos organizamos podemos crear nuestro espacio de escape, aunque solo sea por unos minutos. Vamos a parar y a analizar todas las actividades que llenan nuestro día a día. Las prisas y la ausencia de un plan nos hacen tomar malas decisiones. Cuando actuamos en el modo supervivencia, sobre la marcha y sin unos objetivos establecidos, nos solemos centrar demasiado en el ahora, no pensar en el medio-largo plazo que es dónde los beneficios se van a ver más claros.
En el ejemplo que estamos proponiendo, no queda mucho tiempo y espacio propio. El tiempo se distribuye entre las tareas habituales del hogar, atender a los peques y entretenerles… y poco más. Podemos partir de que nuestras hijas e hijos es lo más importante, sin darnos cuenta de que, si nosotros no estamos bien, tampoco podrán estar bien ellos.Lo segundo que tenemos que hacer es eliminar excusas para enfrentar la situación y de este modo poder identificar oportunidades para conseguir nuestros objetivos. Un truco que nos puede ayudar es pensar en nuestro yo futuro, nuestra mejor versión, replanteándonos las cosas antes de tomar una decisión rápida.
Siguiendo con nuestra familia, las excusas pueden ser mil, desde “estoy cansada, no puedo dejar a mis hijos solos que bastante tienen o no permitirme el sentirme culpable con la que está cayendo y pensar en mí y en mis necesidades”. Pensando en los próximos días y no sólo en el hoy podemos imaginarnos en nuestro espacio. Hemos podido adaptar un pequeño rincón de la casa en el que nos sintamos libres, tranquilos y que sea nuestro lugar de huída. El tercer paso y una vez que tengamos claro cómo distribuimos nuestro día a día y qué nos gustaría lograr en nuestras nuevas rutinas, tenemos que marcar nuestros tiempos, tanto propios como con la pareja: fijarnos nuestros tiempos de recreo. Establecer ciclos de trabajo u obligaciones cortos y mezclaros con pequeños tiempos de desconexión, nos hacen más eficaces y eficientes.Es importante centrarnos en nuestras necesidades y dejar de lado por un tiempo las del resto de miembros de la familia. Si estamos en modo “multitarea” pensando en lo que necesitan los demás y en lo que necesito yo, no conseguimos centrarnos en un único objetivo y los resultados deseados quizás no los podamos lograr.
Y por último, debemos de actuar. De nada nos sirve generar nuestro espacio, imaginar nuestros tiempos y luego agarrarnos a las excusas y no actuar. Por ello, aquí la motivación es básica, ¿Qué queremos conseguir? Y sobre todo, ¿para qué lo queremos conseguir?
Si volvemos al caso propuesto:- Se han establecido las nuevas rutinas, tareas escolares y teletrabajo a lo largo de la mañana con pequeños objetivos que podamos alcanzar en torno a la media hora u hora de trabajo.
- Después de cada objetivo o bloque de tiempo, dedicarnos al “recreo”. Puede ser una pausa para el almuerzo, jugar, saltar o bailar… y mientras nosotros y nosotras podemos aprovechar para ir a ese rincón en el que podamos desconectar un pequeño espacio de tiempo.
Luego viene la comida, quizás la siesta y la tarde para el ocio, pero… ¿el ocio de quien, de la familia, de los peques, nuestro?
- Si queremos una tarde para nosotros podemos negociar las tardes con la pareja y así permitirnos a unos y a otros. Es muy importante la empatía y ser conscientes que la situación no es la mejor del mundo para nadie, quizás si yo estoy teletrabajando, no entiendo a mi pareja cuando está agotada con los peques o al revés.
- Y si lo que queremos es tiempo en pareja, podemos buscar los momentos en los que los peques estén durmiendo, acostarlos antes o simplemente explicarles que al igual que ellos nosotros también necesitamos nuestros espacios.
El objetivo es facilitarnos y facilitar la convivencia, cada uno como pueda, quiera o le apetezca. Y… ¡Ánimo que ya queda menos y seguro salimos reforzados!