SEXO BÁSICO. Más actual que nunca.
Acabo de reeditar el libro SEXO BÁSICO. Con este título, podría dar la impresión que andamos anclados en temáticas antiguas y poco actualizadas. Sin embargo creo que está de absoluta actualidad; y, sobre todo, ahora puede resultar más útil y esclarecedor que nunca.
Con este libro nos comprometemos a intentar responder a la pregunta que formulamos en nuestra contraportada: Hombres y mujeres, identidades. Homos y heteros, orientaciones. Mandatos sociales y modelos a seguir, roles y estereotipos. ¿Qué somos y por qué lo somos? Bienvenidos al apasionante mundo del sexo y todas sus consecuencias.
Podría parecer que el hecho de ser hombre y mujer está siendo cuestionado desde su misma esencia.
- La transexualidad ya en su día nos obligó a hacernos una pregunta, que a pesar de su obviedad, no acababa de ser respondida con total fundamento científico: ¿Por qué somos hombre o mujer?
En líneas generales se daba entrada a una “nueva realidad”, pero parecía que la estructura hombre y mujer, aún se sostenía; abriendo, eso sí, la posibilidad de tránsito de lo uno a lo otro. Las personas y sus vidas, únicas y alejadas de los números generales, requerían una atención y consideración incuestionable.
- La diversidad como elemento distintivo del tiempo que nos toca vivir, propone posibilidades de expresión que al parecer se ven constreñidas y limitadas por esas etiquetas de siempre (hombre y mujer), que uniformizan y restan variedad a la vida de las personas.
Las puestas en escena de lo masculino y lo femenino, se han quedado estrechas y limitadas, ante la infinidad de combinaciones y expresiones posibles. Conceptos como género fluido (genderfluid) y nobinario (nonbinary) van circulando como posibilidad a considerar, de manera más marcada entre los jóvenes.
Siguiendo la escalera, las orientaciones homo, hetero, bi… parece que se han quedado cortas.
Pansexual y asexual son dos ejemplos que esconden algo más que meros neologismos, y agrupan a un número de personas coincidentes en interpretar, de un modo propio, cuestiones referidas a la atracción y el contacto erótico; y lo que ello supone en sus vidas.
- ¿Y qué decir sobre la manera de articular las convivencias afectivas?. Ya no se trata de poner en tela de juicio la pareja en tanto estructura abierta o cerrada; eso es ya la prehistoria. Se trata de entender que hay otra forma de convivir más allá del formato pareja: el poliamor ha llegado.
- Sobre la crítica a los roles y estereotipos, como patrones predefinidos que discriminan a las mujeres, poco nuevo diremos. Dado que en este punto, la historia feminista ya lleva unas décadas de recorrido y lucha contrastada. El techo de cristal, la igualdad salarial, la conciliación… como ejemplos recurrentes sobre los que sigue la reivindicación. Por no hablar de cuestiones más dramáticas como la violencia de género.
A los uniformados y estáticos, amurallados en su zona de confort, tal vez les dé pereza (¿miedo?) entender esa diferencia y empatizar con lo “distinto a mí y a mi contexto.” Y aunque se pueda considerar todo esto como efecto de un cierto esnobismo, resultado de golpes de viento cronológicos que acabarán cediendo, el futuro ya no será el mismo.
Me atrevo a anticipar que estamos ante una segunda revolución actitudinal. Tras aquella primera de los 60-70 que trajo la liberación sexual; esta segunda no tiene como único motor las energías de una corriente ideológica; sino que cuenta con la herramienta (probablemente infravalorada hasta hoy) de las nuevas tecnologías que posibilitan la comunicación y el encuentro. Si eres raro… ¡ya no estás solo!Con este panorama, podría parecer impropio (anacrónico, fuera de moda) escribir sobre el sexo, cuando parece ser el elemento a demoler, y tal vez el causante de los padecimientos y límites a la libertad de las personas.
Sin embargo, creemos que el conocimiento siempre ayuda. Y que a pesar de los fines personales y sociales de cada colectivo, la ciencia nos puede aportar algo de luz para entender esta realidad inherente al ser humano.
Cuando escribimos el libro, estuvimos valorando la elaboración de un glosario de equivalencias, pero hemos preferido que el lector haga sus propias reflexiones.
Aunque parezca que el sexo reduce a dos categorías, la sexualidad abre las posibilidades hasta el infinito. Y no nos referimos solo a la orientación, también a la vivencia de lo afectivo, a los matices de mi atracción, a los contextos de mis activadores… Esta sexualidad está compuesta de múltiples dimensiones.
Seguir buscando etiquetas (algo absolutamente respetable desde lo individual, social, ideológico combativo…), es también, a efectos científicos, querer reducir a “discreta” una variable que nunca dejará de ser “continua”. Dicho de otro modo, la base dimórfica del sexo podría ser un problema a la diversidad, pero la sexualidad, con su esencia continua e intersexual, podría ser la solución. Los etiquetados, por abundantes y variados que sean, nunca llegarán a ocupar y saturar las posibles combinaciones en que la sexualidad se pueda expresar.
Como dijimos al inicio, con este libro nos comprometemos a intentar responder a la pregunta que formulamos en nuestra contraportada: ¿Qué somos y por qué lo somos? Bienvenidos al apasionante mundo del sexo y todas sus consecuencias.
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