En casa siempre nos hemos mostrado naturales y no hemos “cerrado puertas”, pero ahora nuestro hijo preadolescente tiene pudor en que lo veamos desnudo. ¿Es normal?
En la adolescencia es algo totalmente habitual y entendible. Debemos pensar que su cuerpo está cambiando a gran velocidad y ellos son los primeros que deben asumir esos cambios; para ello necesitan de mayor intimidad. No debemos agobiarnos si vemos que manifiestan pudores o vergüenzas (siempre que entren en límites razonables). Sería bueno que expresásemos nuestro respeto y les acompañásemos en este proceso de autoaceptación con mensajes positivos.
¿Cómo debo actúar si veo que mi hijo de 6 años se toca los genitales delante nuestra, por ejemplo mientras vemos la televisión?
En determinadas edades es un hecho muy común que los niños se estimulen los genitales en público. No debemos vivirlo como algo alarmante, sino todo lo contrario: Los humanos tendemos a hacer aquello que nos es agradable, y a evitar lo que no lo es. Desde luego en este caso lo que habrá que trabajar con el niño no es el hecho de que se toque los genitales (la conducta en sí), sino el lugar y el momento en que lo hace. En este sentido es importante ayudarles a que interioricen el concepto de intimidad y la idoneidad de los actos en función de la situación en que se den.
Si mis hijos me hacen una pregunta y no sé qué responder ¿qué debo hacer?
Debemos asumir que a veces los hijos nos plantean cuestiones para las cuales no sabemos muy bien cómo responder, bien porque no tenemos la información o bien porque tenemos pudor respecto al tema. Lo más saludable en estos casos es la sinceridad: si algo me da vergüenza no pasa nada porque lo exprese, siempre que esto no sea la excusa para evitar el tema. Si por el contrario la dificultad radica en que no sé la respuesta porque no conozco el tema, de nuevo lo más recomendable es la sinceridad: decirlo (“no lo sé”), pero eso sí tratando de no quedarnos ahí y haciendo lo posible por conseguirles la información que nos demandan: ¿qué tal consultando juntos un libro, o Internet?
¿Es bueno que nos vean desnudos en casa?
Lo bueno o lo malo no está en el desnudo en sí, sino en la actitud que tengamos ante el mismo. La clave para que algo sea positivo es vivirlo con naturalidad; debemos dejarnos de recetas mágicas y tratar de adaptar las situaciones a nuestras características. Así, lo que tal vez para mí sea normal y natural, para otro persona no lo es; por lo que lo interesante aquí sería plantearse ¿me siento cómodo y para mí es natural el desnudo delante de mis hijos? Si mi respuesta es Sí, pues adelante. Si mi respuesta es que estoy más cómodo con una camiseta… ahí está la solución. Debemos asumir que cada persona tenemos una personalidad y unas actitudes diferentes, que debemos respetar.
¿Cómo podemos contrarrestar la “desinformación” que reciben en muchas ocasiones de los medios de comunicación?
Es cierto que los medios de comunicación (incluyendo Internet) ejercen una gran influencia sobre nuestros hijos y no siempre la información que dan es la más correcta y rigurosa; por ello, no se trata de demonizarlos, pero sí de ser conscientes de sus limitaciones formativas. Por ello, deberemos intentar que nuestros hijos por ejemplo vean la televisión con nosotros y cuando algo nos parezca oportuno, manifestemos nuestro acuerdo, así como cuando nos parezca inoportuno deberemos decirlo. De nuevo la clave está en la comunicación y el aprovechamiento de las oportunidades cotidianas.
Si percibo que mi hijo tiene vergüenza a preguntar en casa ¿qué puedo hacer? ¿cómo puedo superar el obstáculo que se presenta cuando no quiere hablar ni que le cuente yo cosas?
Lo más recomendable es tratar el tema de la Sexualidad, como un tema más. Si nuestro hijo nos hace preguntas deberemos tratar de que encuentre en nosotros la respuesta que busca; pero si por su personalidad, características, etc. no pregunta de manera directa nosotros como padres deberemos optar por tomar una actitud activa y tratar de aprovechar cualquier oportunidad para expresarnos y que conozca nuestros puntos de vista, nuestras opiniones… A veces caemos en el error de plantearnos: “como él no habla yo me callo” y lo correcto sería decir: “como él no habla yo le respeto y no le obligo a hablar, pero yo ya pasé mi adolescencia hace mucho y hablo y opino de todo y él me debe respetar”.
Si tenemos hijos de varias edades ¿es bueno que los pequeños escuchen cuando hablamos con los hijos mayores?
No deberíamos tener mayor inconveniente en que nuestros hijos pequeños escuchasen las dudas de sus hermanos por varios motivos: para que normalicen el tema, para que vean que si tienen dudas en algún momento las podrán resolver en casa, para quitarle el componente “morboso” que tendría si les sacásemos de dicha conversación (seguramente pensaría algo así: “de qué estarán hablando que yo no lo puedo oír!!”). En resumen, sacar al niño pequeño de la conversación, en líneas generales, sería contraproducente; además como se suele decir “nadie se ha muerto por saber mucho, por no saber suficiente Sí”.
¿Desde qué momento debemos comenzar a hablar con nuestros hijos sobre sexualidad?
La Sexualidad es una cualidad humana, por lo cual es un tema que tiene sentido desde el inicio de la vida. Debería ser un tema constante en nuestras conversaciones, eso sí, adaptándonos a su nivel madurativo, sus capacidades, sus intereses, su lenguaje,… hablar con nuestros hijos de Sexualidad, es algo más que hablar de coitos y genitales: es hablar de ser hombre y ser mujer; de cómo nos relacionamos, cómo nos sentimos,… por lo que tiene sentido desde la más tierna infancia.