Colección: SEXOLOGÍA DIVULGATIVA. Un placer al alcance de todos.
Nº 6: JÓVENES EN PAREJA. Parte III.
Silberio Sáez / Santiago Frago
14 páginas. Editado en 2016
Este artículo es una continuación de los publicados por AMALTEA en la Colección SEXOLOGÍA DIVULGATIVA. Un placer al alcance de todos, con el mismo título, en los números 2 y 5 de dicha colección.
En el artículo anterior hablamos de límites; y comentamos algún caso práctico sobre este tema. Hablaremos hoy de la diferencia entre “amor” y “enamoramiento”.
Introducción
Podrá parecer una cuestión secundaria, pero como casi siempre, a poquito que se reflexiona, el dilema deja de ser tan superfluo y se puede convertir en algo mucho más “hondo” de lo previsto.
Si nuestros lectores nos lo permiten, recabemos brevemente en lo que la Real Academia Española nos dice en lo referido a estos dos conceptos:
Amor: La RAE nos ofrece nada menos que 14 acepciones; pero aquí nos vamos a quedar con las 3 primeras:
Amor. (Del lat. amor, -ōris).
1. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Aunque no dudamos del alto nivel de compresión de nuestros lectores, la palabra “Sentimiento” es lo que inicia la definición en todos los casos.
Para enamoramiento, la RAE nos remite al verbo enamorar, dado que entiende el enamoramiento como “acción y efecto de enamorar o enamorarse”
Enamorar.
1. Excitar en alguien la pasión del amor.
2. Prendarse de amor de alguien.
3. Aficionarse a algo.
Y aunque seguimos sin dudar del intelecto y capacidad reflexiva de nuestros lectores, el enamoramiento tiene más que ver con la pasión, con prendarse, con la excitación… Es pues una emoción y, como tal, intensa y brusca.